Dueños del Amor

 Maravillosos y felices momentos llenos de amor y otros… demasiado tristes y casi inexplicables para mí.

Cuánto he vivido, como se pasa de la alegría a la tristeza, del amor al desamor, del sentirse plena a sentirse desdichada, hasta diría destruida… Por momentos en una soledad aterradora, donde mi compañía eran mis lágrimas y mi pensar;  pero lo más importante, no sé de donde saque fuerzas, me dije: - no me quede en el intento. Le di para delante, sólo con mis ganas de salir de ese pozo en el que me encontraba, y haciendo que esas experiencias tan hirientes cicatrizaran y se convirtieran en aprendizaje, para no volver a repetir lo que, según sentía en aquellos tiempos, no fueron errores desde y para mí, ya que siempre di amor, considero que es lo mejor que tuve y tengo para dar, no por compromiso, no por adular, sí porque así lo he sentido y siento.

Aunque, considero, desde mi humilde entender y sentir, que todo sucede por algo y para algo, y en mi caso puntual fue para que me diese cuenta que no todos reciben el amor, el cariño, porque uno ama y quiere, como deseamos entregarlo y no por sentirnos obligados, que por dar amor no debemos someternos ni someter a nada ni a nadie.

La experiencia enseña, lo importante es aprender de ella, sin buscar culpables pero si aprendiendo de nuestros propios errores.

¿Y cuál fue mi error?, el creer que dando amor, lo mejor de mí, con alma, corazón y ser, aunque no pensaba en ello en aquellos momentos, ya que jamás especulé con mi sentir, la familia, los amigos, y más eran muy felices por recibir mi cariño, por mi preocupación y ocupación, por todo el amor que les brindaba, sin ningún esfuerzo para mí ya que fluía y sigue fluyendo como el agua del océano,  sin detenerme a pensar que, para algunos, no era suficiente o, tal vez, fue demasiado o no les interesaba porque no era mi amor el que deseaban.

No podía entender el que alguien se negara a recibir y aceptar mi amor…

Pasó mucho tiempo hasta que pude lograr, trabajando mucho conmigo misma, llegar a tomar conciencia, entender y asumir esta realidad.

Hoy sigo siendo la misma que fui, con algunos añitos más – los que no me pesan por cierto -  aprendiendo más y más día a día, teniendo la seguridad que jamás nadie podrá prohibirme sentir amor, cariño por las personas que amo, ya que soy dueña de mi propio sentir, sin lágrimas ni lamentos ni sometimiento, segura y en paz conmigo misma, y sin perder mis posturas, convicciones y dignidad de vida, habiendo aprendido que valgo por lo que soy y no por lo que otros deseaban o deseen que fuese o sea. El respeto, la lealtad, la responsabilidad y el amor, están impregnados en mí.

Amor, esta pequeñita palabra formada por cuatro letras, ¡es inmensamente maravillosa!

Y pensar que hace un tiempo, escuche a un profesional, en una audición televisiva,  diciendo que el amor no existe… ¿sabrá esa persona lo que es sentir amor por los hijos, por los padres, por los nietos, por los hermanos, por los abuelos, por los amigos, por lo que se realiza cotidianamente, ya sea una rica comida y ver el disfrute de los que amas al degustarla, en el trabajo, profesionalmente, con amor?

¿Tal vez no crea que el amor exista porque jamás se ha sentido amado, o se niega a sentirlo?

El amor no tiene edad ni género, pero si tiene dueños, y ellos son los que dan, porque así lo sienten,  amor, y los que reciben ese amor con mucho amor.

El amor es el sentimiento más puro que no se compra ni se vende.

El amor debería estar inserto en cada ser, ya que erradicaría tanta maldad, odio y violencia.

Seamos dueños del Amor por darlo y recibirlo.

Emociones del Alma

Lilian B. Epstein

Derecho de autor Nº 902526
Imágenes de Internet